En dos hermanas, Sevilla ya empezamos a escuchar las previsiones del tiempo con lluvias, viento, nubes… se nos va el verano, se nos va la luz... Y como dice la canción "esos días tristes de los hombres ♫ me ponen tristes"...y esto tiene su explicación.
No es que seamos débiles o
tengamos un problema de actitud. Es que simplemente la disminución de la luz
solar nos produce un cambio hormonal, a todos: hombres y mujeres, a unas
personas más a otras menos. Se le atribuye al aumento de la melatonina la falta
de ganas de hacer algo, la somnolencia y las ganas de comer porque según los
expertos es ella la que regula la temperatura corporal que disminuye. Según la
química ya tenemos culpable de las ganas de dulce en esta época y la
consecuente subida de peso del invierno: Según, al bajar la temperatura del
cuerpo este necesita ingerir más calorías, especialmente grasas e hidratos de
carbono. Esta parece ser la razón de que se nos antojen los dulces en esta
fecha.
Cuando aumenta la
melatonina baja la serotonina que regula los estados de ánimo y los ciclos de
sueño-vigilia. Otra que entra en
acción disminuyendo con la luz solar es la dopamina responsable de la perdida de atención, de esa falta de ganas o concentración, de flojera que da en estos días nublados que lo que provocan son ganas de sofá, manta y tele.
acción disminuyendo con la luz solar es la dopamina responsable de la perdida de atención, de esa falta de ganas o concentración, de flojera que da en estos días nublados que lo que provocan son ganas de sofá, manta y tele.
Otra cosa es que nos
dejemos llevar solo por la química del cuerpo. Los humanos hemos llegado a este
punto precisamente por tener autoconciencia, que es esa capacidad para vernos a
nosotros mismos en tercera persona, de tomar distancia de nosotros mismos, y
por tener autocontrol: de las emociones, de las acciones, del cuerpo y por su
puesto de nuestra actitud. Dicen por allí que somos dueños de nuestros actos.
Como amos y señores
nuestros podemos tomar control de nuestra propia química, que es muy diferente
a ignorarla fingiendo un optimismo desmedido. Y es que podemos tener nuestro
propio clima interno, como lo llamaba Stephen Covey. Ese que nos hace movernos
llueve, truene o relampaguee. Ese que solemos sacar en tiempos de crisis o
emergencia.
No hace falta que la
situación sea de vida o muerte o que sea del tipo 'no me queda otra' para que hagamos algo importante por y para
nosotros mismos. Y por algo importante nos referimos a algo que nos haga feliz,
algo que nos haga bien.
Según Covey es
cuando logramos encender ese motor interno cuando podemos mantener y cumplir
los compromisos que nos hemos hecho a nosotros mismos, con animo y
determinación. Sin más magia ni conjuros que la propia convicción de estar
haciendo algo que nos llena, nos conviene y no dañamos a nadie (ni siquiera a
nosotros mismos) La convicción de que
estamos haciendo nuestra voluntad sobre nosotros mismos. Moldeando nos hacia la
idea de lo que realmente queremos ser sin complacer en lo mas mínimo a lo que
se supone debemos ser. Sin lastimar a nadie, tomando en cuenta nuestro entorno
y sus necesidades, con respeto y sabiendo que es lo que nos mueve podemos cambiar la letra de la canción y
escribirla como queramos. "Esos días tristes de los hombres... Me inspiran
para leer " diríamos nosotros.
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